La ventaja principal de una prenda hecha a medida es que viste como un guante. Puedes olvidarte de las tallas.
La estandarización de las tallas ha buscado reducir la diversidad de cuerpos que existe, porque de hecho todos son distintos. Por lo mismo a veces entramos en conflicto y a pesar de ajustarnos a una medida siempre hay detalles que no nos dejan satisfechas porque nuestros hombros son estrechos, tenemos brazos largos, busto grande, tiro corto, diferente estatura, etcétera. Todo eso no es problema al mandar confeccionar la ropa, porque se hace justo a tu medida. Cuando tu traje tiene un ajuste perfecto, nunca más necesitarás ajustar mangas de camisas o bajos de pantalones. Cuando creas tu propio armario, puedes personalizar no solo los tejidos sino también forros, botones y detalles de estilo. De hecho, todas las prendas se confeccionan en base a tus preferencias, tejidos y estilo.